Tras cerca de tres meses dando la tabarra con cine y música ha llegado la hora de adentrarme en otra de mis grandes pasiones en los últimos años, los videojuegos. Esta generación que llega a su fin se ha caracterizado, por encima de todo, por la proliferación de shooters clónicos en primera persona. Unas propuestas que debido a su incomprensible éxito de masas no han ayudado a la experimentación de nuevas fórmulas salvo en contadas ocasiones. Sin embargo, ese detalle no ha impedido que hayan cohabitado con grandes perlas que se apartan de esa tendencia tan repetitiva (en el top-5 hay cuatro franquicias creadas en esta generación de una calidad incuestionable). Inicialmente tenía pensado hacer un top-10, pero en vista de que me estaba extendiendo más de lo debido con los cinco primeros me he decantado por hacerlo más reducido. La mayoría de los juegos elegidos son multiplataforma, pero como solo tengo una Playstation 3 aclaro en el título que es una selección de los títulos que se han podido jugar en esa plataforma. Antes de ir al meollo no me olvidaré de citar una buena cantidad de juegos que hubiesen luchado por los puestos del seis al diez si no me hubiese invadido la pereza a mitad de trayecto.
Entre las citadas ausencias del Top-5 destacaría a títulos como GTA IV, Assassins creed 2, los dos primeros Dead Space (el tercero me resultó muy decepcionante), L.A. Noire, Mirror’s edge, Bioshock, Metal gear Solid 4, Fallout 3, Heavy Rain (el segundo juego de David Cage en playstation 3 también ha supuesto un pequeño batacazo pese a su espectacular apartado técnico y la buena actuación de la versión virtual de Ellen Page), la saga de Batman, Far Cry 3, Top Spin 4, la serie Motorstorm, o cualquier versión de los adictivos juegos de Fórmula 1 (por los que siento una devoción desmedida desde que se hizo con los derechos Codemasters). Tampoco quiero olvidarme de videojuegos que por culpa de mi torpeza y desesperación no pude avanzar demasiado como Demon Souls o Deus Ex: Human Revolution. En el capítulo de decepciones, junto a los citados Dead Space 3 y Beyond two souls, destaca la decadencia de Square-Enix y sus dos Final Fantasy, en los que ha dejado claras muestras de agotamiento de una fórmula que en el pasado dio grandes resultados, con unos argumentos muy infantiles y perdiendo una de sus señas de identidad, la exploración libre en un mundo abierto. Otra de las grandes decepciones personales viene por el cariz que ha tomado Capcom con su Resident Evil, con un espíritu más cercano a los Call of Dutty y compañía que a los apasionantes primeros juegos de la compañía japonesa.
1-GRAND THEFT AUTO V - (10/10)
Rockstar tomó nota de lo mejor de todas sus franquicias en esta generación, y las implementó en un sistema de juego que viene haciendo las delicias de los amantes del sandbox desde hace años. Si a eso le unimos que la saga retorna a San Andreas, el escenario más logrado y variado de la serie, consigue un cóctel explosivo atorado de calidad a borbotones que le hacen digno merecedor al trono de mejor videojuego de esta generación que llega a su fin; y parece pertenecer a la siguiente por su alto nivel de detalle. En esta ocasión, Rockstar North se decanta por los grandes atracos y su preparación previa como eje principal del argumento, siguiendo la senda de la espectacular misión del banco de GTA IV.
Respecto a la entrega anterior, destaca el cambio de estilo en la conducción, alejándose de la sensación mareante de estar manejando un barco rebelde. El modo historia adquiere un tono más irreverente distanciándose de la severidad que acompañaba al gran Nico Belic (aunque considero que ese tono fue uno de los mejores aciertos de la entrega anterior). Sus misiones son mucho más variadas que los repetitivos encargos en GTA IV (ese fue su principal lastre), el dinero tiene más trascendencia, y cuenta con un sinfín de fases secundarias que propician que el jugador encuentre multitud de motivaciones en el modo libre para exprimir el juego durante una gran cantidad de horas, sin caer nunca en el tedio (hay acontecimientos aleatorios que tienen más diálogos que algunas misiones principales de entregas anteriores). Como en todos los juegos de la saga desde GTA III, destaca por su tono macarra, violento, atrevido con las drogas y el sexo, y su sagaz crítica social cargada de ironía, siempre con la presencia del sentido del humor negro tan despiadado que imprime a todos sus proyectos la compañía británica. Una de las escasas pegas que le encuentro es la facilidad con la que muere la gente al ser atropellada en las colisiones entre vehículos, o al ser golpeados con un puñetazo (teniendo en cuenta que me he convertido con el paso de los años en un jugador sensible que respeta la vida de los inocentes transeúntes de esta gran saga).
Quizá se eche de menos una galería de secundarios tan extravagante como en GTA IV, aunque esa circunstancia se contrarresta con uno de sus mayores logros, el nuevo concepto de juego en el cual los tres personajes protagonistas acaparan la mayoría del tiempo. Como siempre, hay un enorme trabajo en la elección de las voces de unos personajes caracterizados por su peculiaridad en los acentos y entonaciones, y una selección musical de altura en sus habituales emisoras de radio para acompañar la gran cantidad de horas al volante. En esta ocasión, además de las emisoras, el juego cuenta con una banda sonora propia (en la que participan los alemanes Tangerine dream). Sin duda, el personaje más atractivo es Trevor (merecedor de un videojuego para él sólo), cuya desquiciante irrupción en la historia le convierte en un ídolo instantáneo. A pesar de ser una bomba de relojería por su evidente psicopatía y su desmedida afición por ponerse hasta las cejas de estupefacientes, este Luis Tosar interactivo se presenta como un personaje lleno de matices y acaba resultando un tipo muy entrañable merced a sus constantes e irreverentes cambios de humor. El personaje de Michael tampoco tiene desperdicio, y además tiene algunas similitudes con el gran Tony Soprano (que se perciben en el carácter problemático de su familia por culpa de su profesión y en sus visitas constantes al psiquiatra). Caviar puro.
2- RED DEAD REDEMPTION - (10/10)
En el año 2010 Rockstar Games sorprendió a todos con el desarrollo de un videojuego que tomó algunos elementos de Red Dead Revolver, un juego ambientado en el lejano Oeste que pasó sin pena ni gloria en Playstation 2 y Xbox, y los acopló a las pautas del mundo libre de su aclamado GTA. Rockstar (en este caso su sección de San Diego) nos sumerge con su solvencia habitual en pleno declive del salvaje oeste, con unos personajes que no se encuentran a gusto en la nueva era que les ha tocado vivir (en la que empiezan a aparecer los vehículos). El título cuenta con todos los tópicos vistos en el cine del género Western (pistoleros retirados, asaltos a ferrocarriles, vendedores de brebajes charlatanes y timadores, rancheras marimachos, revolucionarios y dictadores mexicanos que se aprovechan sin piedad de las mujeres, agentes del gobierno con malas artes, indios salvajes, prostitutas, y bandidos de todos los colores) pero dotándolo de la personalidad y el sentido del humor tan característico que imprime a sus proyectos su desarrolladora.
Su potente modo historia cuenta con un argumento con claras reminiscencias del cine de Sam Peckimpah, y muy especialmente de su filme Grupo Salvaje, aunque hay pasajes en los que la influencia de Sergio Leone también se percibe en pantalla. El título se centra en la historia de un personaje que perdura en la memoria. John Marston, pese a ser un ex-bandido que busca la redención por sus pecados pasados, se presenta como el personaje más entrañable de un juego de Rockstar debido a las vicisitudes que le hacen pasar los impresentables agentes federales. Marston hace gala de un sarcasmo muy sagaz con todo la galería de secundarios que le acompañan en su odisea para atrapar a sus antiguos compañeros de banda. El juego destaca por desarrollar unas misiones secundarias y retos que exprimen su bello entorno como ninguna franquicia lo había hecho hasta la fecha, induciendo al jugador a conseguir el 100% sin necesidad de caer en la reiteración ni la desesperación, como sucede en la mayoría de videojuegos. Las primeras horas de Red dead redemption explorando ese nuevo mundo no tienen parangón en los videojuegos de mundo abierto, gracias al sutil y realista movimiento de los equinos en un escenario atorado de una abundante y detallada flora y fauna.
El equipo de Rockstar San Diego realizó capturas de movimiento con caballos auténticos para trasladarlos al videojuego, y gracias a su potente motor gráfico consiguió una simulación muy potente que otros títulos han intentado con mucho menor éxito en esta generación. Una experiencia que se encuentra casi al mismo nivel que GTA V (me ha costado mucho decidir el ganador, pero había que mojarse) y de la que la gran saga de los coches robados ha tomado prestados algunos de sus mayores hallazgos jugables. Tal y como sucede con la mayoría de juegos de la desarrolladora, uno de los grandes aciertos viene por su decisión de no doblar los diálogos de unos personajes caracterizados por la excentricidad (especialmente en los secundarios), entre los que destacan Seth (un buscador de tesoros frustrado por un affaire del pasado que tiene una predilección enfermiza por exhumar a los cadáveres) y el profesor de antropología yonqui y racista que se sorprende al observar en una de sus investigaciones que los tejidos de un indio y de un blanco son idénticos. El premiado videojuego de Rockstar, además cuenta con una expansión muy divertida protagonizada por una plaga de zombis haciendo el cafre en el lejano oeste. Ansioso me hallo porque haya una segunda entrega de Red dead redemption en las nuevas consolas.
3- THE LAST OF US- (9,5/10)
Uno de los grandes acontecimientos en Playstation 3 ha sido la aparición este año de esta nueva franquicia exclusiva para la consola de Sony, desarrollada por Naughty Dog (los creadores de Crash Bandicoot, Jak & Daxter y Uncharted). El título tiene toques de survival horror, acción, aventura, y el sigilo es de vital importancia debido a la escasez de munición; motivo por el cual hay que medir muy bien los pasos si no se quiere caer acribillado a balazos o devorado vilmente por los infectados debido a la potente inteligencia artificial de los enemigos, capaces de utilizar diferentes tácticas para no ponértelo nada fácil. Si hay algo que caracteriza a la última perla de la compañía americana es la elevada tensión imperante durante la mayoría del tiempo, y la incertidumbre ante lo que se puede encontrar el jugador en el siguiente escenario. Por ese motivo se agradecen las zonas explorables donde el jugador puede hacerse con todo tipo de objetos para luchar contra tan hostil entorno, y utilizar su sistema de mejoras y de creación de objetos, que están muy bien implementados.
El juego cuenta con la habitual solvencia narrativa (con un poderoso cariz cinematográfico) y gráfica de la saga Uncharted, pero se distancia claramente de sus partes de acción, que siempre me han resultado muy tediosas y repetitivas, logrando una experiencia mucho más compleja y táctica. Además de sus grandes virtudes jugables, cuenta con un argumento muy bien llevado que mezcla las películas de zombis de Romero y compañía con la angustia de filmes en los que el entorno sacude a los protagonistas, como The road dirigido por John Hillcoat, El último hombre vivo (película de la década de los setenta protagonizada por el ínclito Charlton Heston), e incluso la saga Mad Max. Destaca el siniestro aspecto de los infectados, con cuatro tipos de monstruos caracterizados por una idiosincrasia y unos puntos débiles muy particulares que requieren de una táctica especial para enfrentarse a cada uno de ellos.
Otro de los puntos fuertes es la bella partitura de guitarra de Gustavo Santaolalla que acompaña sutilmente a un videojuego que cuenta con una duración algo más extensa que la de la mayoría de los de su género, y contra todo pronóstico ofrece un doblaje bastante decente para lo que estamos acostumbrados en los videojuegos. Aunque, sin ninguna duda, su gran baza son sus dos protagonistas, posiblemente la pareja de personajes más carismáticos de esta generación, que además mantienen una química estupenda, y deparan algunos de los momentos más sensibles y dramáticos en la consola de Sony. Una auténtica gozada que queda muy cerca de los dos pesos pesados de Rockstar games. Trepidante y claustrofóbico como pocos.
4- PORTAL 2- (9,5/10)
Otra de las franquicias nuevas en esta generación fue esta maravilla creada por Valve (la compañía conocida por la brillante saga Half-Life ) incluida en playstation 3 en el recopilatorio The orange box, que pese a su enorme calidad, debido a su escasa duración dejaba una clara sensación de demostración genérica para probar si la fórmula tendría aceptación entre los jugadores. La propuesta se presenta como un FPS con unos escenarios que recuerdan a los de la película Cube (del director canadiense Vincenzo Natali) donde en lugar de estar continuamente disparando armas se hacen agujeros en la pared utilizando la lógica para poder acceder a las siguientes salas para buscar el camino de salida de las instalaciones de Aperture. Esta segunda entrega es una experiencia mucho más espectacular, profunda, extensa y gratificante que el ya de por sí rompedor esquema que inauguró la saga.
Valve nos presenta a una Aperture Science mucho más atractiva y decadente, con unas pruebas mucho más trabajadas en todos los sentidos y con mayor sentido del humor por la forma de presentar los retos, y muy especialmente por la personalidad de GLaDOS, que en esta ocasión se presenta como un ente mucho más vengativo y despiadado que en el primer juego, manteniendo su inherente ironía cargada de mala baba. Tampoco tienen desperdicio las simpáticas torretas y sus malas ideas hacia la protagonista. La sensación de soledad del primer Portal se mantiene, aunque esta vez el personaje que controlamos recibirá la ayuda de un robot colaborador (con forma de ojo) hasta que se produce un inesperado y divertido giro argumental. Sin ser un juego rompedor gráficamente (si lo comparamos con los tres anteriores), tiene un aspecto exquisito que saca partido de sus pequeños escenarios, y un magnífico tratamiento de las físicas en sus potentes retos, entre los que destacan las alucinantes pruebas relacionadas con la gravedad o las de los geles de colores que sirven para facilitar la resolución de los rompecabezas.
La saga Portal no es apta para impacientes que se agobien con el hecho de tener que utilizar la materia gris y prescindir de machacar desesperadamente el botón del gatillo habitual para poder avanzar en la mayoría de videojuegos. Las pruebas, sin ser unos rompecabezas de difícil solución pueden atragantarse si no se inicia el proceso como es debido. Una pena que el doblaje no esté a la altura de la versión original e inexplicablemente (como sucede con la mayoría de juegos doblados) no haya la opción de escucharlo en inglés subtitulado al español. La diferencia con el primer juego (que no fue doblado) deja a las claras lo absurdo que resulta esta decisión. El título cuenta con una de las mejores bandas sonoras de esta generación (junto a la de L. A. Noire, Heavy Rain y The last of us) con predominio de música electrónica, y es la propuesta más original y gafapasta de las que he probado esta generación. Sublime.
5- MASS EFFECT 2- (9/10)
Otra de las grandes ha sido esta nueva saga que inicialmente fue exclusiva en Xbox 360, pero que, por suerte, unos años después dio al salto a Playstation 3 con su secuela, y posteriormente tuvo continuidad con los otros dos títulos de la serie. Me he decantado por esta entrega porque fue la primera que jugué y me dejó muy marcado, pero ninguno de los tres tiene desperdicio (cada uno con unas virtudes diferentes). En la segunda entrega de Mass effect, la compañía canadiense BioWare (creadora de títulos del calado de Baldur’s gate, KotOR, Dragon age y Jade empire) mezcla con solvencia géneros tan dispares como el shooter en tercera persona y el RPG, con alto grado de exploración y con unas batallas espectaculares gracias a los poderes mágicos que se pueden utilizar. El modo historia cuenta con una duración muy digna y el juego está atorado de multitud de misiones secundarias a las que se accede a los mandos de la nave espacial seleccionando un destino.
Respecto al primer juego se echa de menos la opción de poder explorar in situ con el Mako los diferentes planetas para abastecerse de materiales, que aquí es sustituido por el uso de sondas desde la nave, aunque ese detalle también agiliza la experiencia. Destaca una excelente personalización del personaje protagonista, de quien se puede elegir el sexo, la clase o su pasado (de hecho me resulta muy extraño ver las capturas del juego con el Comandante Shepard que viene por defecto porque en mis partidas utilicé a un tipo muy peculiar con poco cabello y con rasgos asiáticos). Curiosamente no siento gran fascinación por películas del tipo La guerra de las galaxias o Star Trek, que podrían considerarse sus referentes cinematográficos, pero este videojuego me gana con un argumento épico cargado de dramatismo, muy absorbente, adictivo, y plagado de diálogos (que pueden desesperar a los más impacientes con el mando de la consola, pero que mi perfil de cinéfilo contemplativo agradece profundamente).
El título también cuenta con unos escenarios impresionantes, y por encima de todo, con unos personajes entrañables, como Liara, Kasumi, Garrus, Samara, Mordin, Grunt o Tali. Unos seres virtuales con unos matices excelentes en sus rostros, que unido a las maravillosas voces originales de algunos actores conocidos (como es el caso de Martin Sheen en el rol del siniestro El hombre ilusorio) forman un cóctel muy atractivo. El videojuego se decanta por dar trascendencia a las relaciones entre unos personajes atormentados, caracterizados por pertenecer a multitud de razas diferentes, con una idiosincrasia muy particular para cada una de ellas. Bioware coloca al jugador ante la tesitura de tener que tomar decisiones complejas que pueden repercutir en la vida de los personajes, aunque con menor incidencia que en la tercera entrega (donde hay que tomar determinaciones muy tristes). La saga de la compañía canadiense es, sin duda, la mejor opción para pasar unas buenas horas viajando por el espacio en un entorno muy hostil plagado de unos seres muy peculiares que calan hondo.
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