domingo, 17 de noviembre de 2013

La música electrónica de los 90

He de reconocer que desde jovencito arrastro una animadversión casi enfermiza hacia la música de baile. Era el típico personaje que cuando se encontraba en una discoteca lo hacía apartado y con cara de pocos amigos, maldiciendo la nula calidad musical de los temas elegidos.  Mis orígenes guitarreros del Punk y del Rock posteriormente mutaron hacia terrenos más gafapásticos e introspectivos , como los del Rock progresivo y psicodélico de la década de los 70. Unos gustos musicales que colisionaban notoriamente con la música discotequera. Sin embargo, a mediados de la década de los 90 se produjo un cambio en la música de baile (rebautizada en esas fechas como Dance). Los temas horteras discotequeros de siempre continuaban estando ahí, pero las pistas de baile sufrieron una evolución con la irrupción en escena de formaciones como Orbital (mi favorita de música electrónica gracias a su portentoso In Sides), Aphex Twin, The Prodigy, The Chemical Brothers, Underworld, Leftfield y compañía. Música que se puede considerar bailable en algunos pasajes, pero que poseía un enfoque completamente distinto, con claras reminiscencias del Punk, del Rock, del Jazz y de la psicodelia sesentera/setentera; géneros musicales habitualmente marginados por la mayoría de las pistas de baile.


Evidentemente, no toda la música electrónica es de baile, ni toda la de baile es electrónica. Desde principios del siglo XX aparecieron compositores que creaban música electrónica con equipos fabricados por ellos mismos, aunque se considera que los orígenes de este género vienen de Alemania a finales de la década de los 60 a través de dos movimientos musicales: La Escuela de Berlín comandada por Klaus Schulze y Tangerine Dream y La Escuela de Düsseldorf, que incluía a bandas más próximas al Krautrock como Can, Kraftwerk y Neu!. El éxito de los grupos abanderados del Rock Progresivo en la década de los 70 que sustentaban su música en el uso indiscriminado de los órganos Moog y Hammond, como Emerson, Lake & Palmer, Yes, Camel, Genesis, Pink Floyd, y compañía, ayudó a tomar más en serio a los sintetizadores. En esos tiempos, empezaron a surgir bandas influenciadas principalmente por el robótico y futurista sonido del grupo alemán Kraftwerk, y  los pasajes sonoros más sutiles pero igualmente ultra-secuenciados  de Tangerine dream. También ayudaron a la expansión de la música electrónica en la década de los 70 las bandas sonoras de Giorgio Moroder y Wendy (antes Walter) Carlos, los pasajes más espaciales de Jean Michel Jarre, o los más relajados y ambientales de Brian Eno.


En los años 80, con la aparición de los Samplers y el MIDI, a medida que la tecnología fue evolucionando y resultaba más accesible, se fue instaurando en los hábitos de la audiencia, no solo como consumidor sino como creador mediante programas informáticos que economizaban sustancialmente los gastos con unos resultados sorprendentes. Si bien se produjo la evolución a finales de los 80 con el citado progreso tecnológico, no fue hasta mediados de los 90 cuando se consolidó plenamente y dio su salto cualitativo, asentándose por completo entre 1996 y el legendario 1997. Como viene siendo habitual en la música, dentro de la Electrónica han ido surgiendo multitud de subgéneros que en algunos casos poco tienen que ver entre sí, como el House, el Hip-hop, el Trance, el Techno, el Acid Jazz, el Breakbeat, el Ambient, el illbient, el Eurobeat, el Acid house, el jungle, el Drum and bass, el New age, el Dub, el minimalismo de los DJ’s, la música makina (aquí conocida como Bakalao), y el Big beat (la etiqueta que tiene mayor representación en la lista de reproducción junto al Intelligent y el Trip-hop, ya que por algo son mis favoritos).


Bajo mi humilde opinión, la música Electrónica ha aportado mucho menos de lo esperado en los últimos años. Unos tiempos que han supuesto la decadencia de algunos de sus puntales como The Chemical brothers, Air, The crystal Method, Junkie XL, Underworld, Daft Punk), con trabajos de un cariz demasiado comercial, y otras que se han mantenido con más dignidad fieles a su estilo pese a un evidente estancamiento, como Massive Attack, Orbital, Aphex Twin, Autechre, Biosphere, The Prodigy y Death in Vegas, entre otros. Los nuevos grupos no parecen estar por la labor de experimentar con la electrónica y crear atmósferas nuevas, aunque esta puede ser una apreciación errónea por el menor grado de exploración provocado por el desinterés personal en este género musical en los últimos tiempos.




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